Hoy me gustaría explicaros como fue mi experiencia las dos veces que perdí el bebe que esperábamos con tanta ilusión.
A pesar de los años transcurridos muchas veces los fantasmas del pasado se asoman y me embriaga la tristeza, otras veces hablamos de como serían, que edad tendrían y como sería nuestra familia con su compañía.
Apenas arañando la vida se encontraron que ya no estaban aquí.
Mi primer bebe era muy esperado, Ainhoa, Javier y yo lo esperábamos con mucha ilusión, un hermoso día del mes de Octubre de repente sentí que algo no funcionaba así que acabamos en el hospital para verificar que todo estuviera bien, a veces la propia frialdad de los hospitales se impregna en las personas y la información fue confusa, así que nos marchamos a casa súper preocupados, al día siguiente yo debía ir al hospital a hacerme la prueba de la amniocentesis, ya que sobrepasaba los cuarenta. La soledad, la frialdad y la indiferencia me acompañaron en aquella otra visita , hace ya más de 25 años de ello y aún hoy lo recuerdo.
El médico me dijo que aquello no iba bien, que pasase mi acompañante y allí en medio de la nada nos dijo que el bebe estaba muerto, aquel fue el comienzo de un largo recorrido de dolor.
El silencio nos congelo a Javier y a mi como si fuéramos estatuas de sal, no habían palabras sólo miradas que hablaban de un dolor muy profundo.
Cuando ocurre la perdida de un bebe entras en un mundo donde la normalidad no existe, se pretende que no entres en contacto con tus emociones y con lo que está ocurriendo.
Primero fue en el hospital, habíamos perdido a nuestro bebe y nuestro dolor y nuestra perdida no importaba sólo seguíamos los protocolos de una intervención como otra, me pusieron en la planta de recién nacidos y mientras esperábamos que fuera intervenida para despojarme de mi bebe, otros nacían, llegaban otras vidas y sus llantos se mezclaban con el mío, pero a nadie le importaba, el mundo seguía y nuestro dolor se sumergía en los silencios.
Al llegar a casa debíamos explicárselo a Ainhoa y no fue fácil.
La gente te dice cosas como “no importa, ya tienes a tu hija” “no debía estar bien y mejor ahora que después” “sois jóvenes, intentarlo de nuevo” , pero mis emociones seguían ahí. Javier y yo las escondimos cada uno en un baúl y de vez en cuando quieren salir.
El miedo se alojo en mi y me golpeaba cada vez que decidíamos volver a emprender el camino de buscar otro bebe.
Y lo intentamos de nuevo, pero volvió a suceder y la historia se volvió a repetir.
Después de mucho tiempo y a través de mi trabajo personal conseguí hacer el duelo de mis bebes.
Cuando nos sentimos acompañados todo es más fácil y menos doloroso. Tendemos a amagar nuestras emociones y estas quieren salir, en cualquier momento, de cualquier manera y nos golpean.
Hoy empieza a ser un poco diferente y podemos pedir ayuda. No nos olvidemos que los papas también sufren la perdida de sus bebes, guardando sus emociones en lo más profundo y también las deben gestionar.
Os dejo un enlace que a mi me hubiera ayudado en aquellos momentos. Tratan el duelo de una forma muy amorosa.
http://www.coracor.es
BIBLIOGRAFIA PARA ESOS MOMENTOS TAN DIFICILES:
LA CUNA VACÍA. EL DOLOROSO PROCESO DE PERDER UN EMBARAZO. (M.A. Claramunt, R.Jové, E. Santos. M. Álvarez)
Ed. Esfera de los libros. 2009.
EL CAMINO DE LAS LÁGRIMAS. (Jorge Bucay) Ed. Grijalbo. 2003
LOS NIÑOS Y LA MUERTE. (Elisabeth Kübler-Ross) Ed. Luciérnaga.2005.
DÉJAME LLORAR. (Anji Carmelo) Ed. Taranna Edicions. 2002.
ESTÁS EN MI CORAZÓN. (Anji Carmelo) Ed. Taranna Edicions. 2006.
UN NUEVO EMBARAZO DEPUÉS DE UNA PÉRDIDA, LA ESPERANZA. (Carol CirulliLanham) Ed. Vergara. 2002.
BRAZOS VACÍOS. SOBRELLEVANDO EL ABORTO ESPONTÁNEO, EL NACIMIENTO DE UN BEBÉ MUERTO Y LA MUERTE
INFANTIL. (Sherokee Ilse) Ed.Arlene Appelbaum. 2005.
NO TENDREMOS UN NUEVO BEBÉ. PARA NIÑOS Y NIÑAS CUYO HERMANITO/A MURIÓ ANTES DE NACER.
(Marilyn Gryte y Kristi McClendon) Ed. Centering Corporation.