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Por Irene Benitez Mir 22 abr, 2023
Duelo, duelo patólogico, memorias transgeneracionales, dolor, perdida, enfado, rabia
Por Irene Benitez Mir 18 jun, 2022
LA CELIAQUÍA La celiaquía o enfermedad celíaca es una patología multisistémica con base autoinmune producida por una intolerancia permanente al gluten, conjunto de proteínas presentes en el trigo, avena, cebada, centeno y productos derivados de estos cereales, en personas con predisposición genética. Cuando un celíaco ingiere gluten (proteína que se encuentra en el trigo, cebada y centeno), sus anticuerpos preparan una respuesta autoinmune que ataca al intestino delgado. Estos ataques dañan la bilis que promueve la absorción de nutrientes. Sin ellos, los nutrientes no se absorben correctamente. • ¿Qué quiere decir multisistémica? Que puede verse afectado cualquier otro sistema del cuerpo humano, no únicamente al aparato digestivo, provocando síntomas extra-intestinales. • ¿Qué significa con base autoinmune? Que en el desarrollo de la enfermedad interviene nuestro sistema inmunitario obligando a las defensas de la persona celíaca a reaccionar ante la ingesta de gluten, en este caso, es la reacción autoinmune la que daña la mucosa del intestino y destruye las vellosidades intestinales encargadas de absorber los nutrientes necesarios para mantenernos sanos. • ¿Qué significa tener predisposición genética? Es una mayor probabilidad de desarrollar una enfermedad determinada basada en la composición genética de una persona. Una predisposición genética resulta de variaciones genéticas específicas que a menudo se heredan. En el caso de la celiaquía se caracteriza por la presencia de una combinación variable de manifestaciones clínicas dependientes del gluten, anticuerpos específicos de EC, haplotipos HLA DQ2 o DQ8 y enteropatía. • ¿Qué significa enteropatía? Es un término médico que hace referencia a cualquier alteración patológica producida en el tracto digestivo. Ahora te voy a explicar la celiaquía de una manera diferente. Desde la Biodescodificación las enfermedades parten de un conflicto emocional no resuelto. Así que antes de que aparezca un síntoma, la persona ha vivido un conflicto biológico, y ¿eso que significa? Pues que ha vivido una situación inesperada, dramática, sin solución, sin expresión, que tiende a quedarse dentro del cuerpo y que el cuerpo busca expresar, mediante ese síntoma. Y el síntoma tiene una lógica, tiene un sentido y su función es hacer lo que no pudo hacer la persona en ese momento. Ej: Si ahora vives una situación de indigestión, el síntoma, lo que está haciendo, es aplicarlo al estómago y hará actividad digestiva. ¿Por qué? Porque metafóricamente hablando tú no has podido digerir algo que te ha sucedido. La celiaquía está directamente relacionada con el pan. El pan, en la cultura occidental, simboliza la unión, la familia, el alimento físico y emocional. También simboliza la religión, el amor y la fe. Para la Biodescodificación el pan es sinónimo de padre y el gluten es el que une. En general, a nivel psicológico, tener intolerancia al gluten es “tener intolerancia al padre”, no soportar la presencia del padre o su ausencia, lo que hace, o lo que hizo el padre. • ¿Quién es el padre? El padre puede ser el biológico, o, en ocasiones, un padre simbólico, un padre del inconsciente. ¿Qué significa? Significa que puede ser el esposo o esposa, el jefe, un amigo… alguien que represente en su inconsciente al padre o a quien la madre hubiese querido que fuera el padre. Así que los conflictos del celíaco con el padre deben salir a la luz, como también la relación de la madre con el padre. • ¿Cuál es la función del rol de padre? Responsabilidad, protección, alimentación, cuidado, seguridad, amor y ofrecernos un lugar donde vivir y sustento. • ¿Qué significa la no asimilación del gluten? El gluten es la proteína que le da a la masa hecha de trigo la propiedad de mantenerla unida o “pegada”. La “no asimilación” del gluten, se produce en el intestino, que como ya sabemos, en biodescodificación significa “no puedo asimilar”, “no puedo digerir” y en algunos casos, “guarrada en el territorio”. Por lo tanto, ser alérgico al gluten es lo mismo que decir “soy alérgico a mi padre”. Y hasta podríamos añadir: “por aquello que me hace”, “por aquello que me hizo”. Pero una gran mayoría de personas alérgicas al gluten, no han sido ni son alérgicas a su padre biológico, pero sí lo son a sus padres “simbólicos”. • ¿Qué es lo que nos puede estar ocurriendo al ser celiacos? Puede ser un conflicto emocional de nuestra vida o puede ser un conflicto heredado que hoy en día se nos ha despertado por lo que estamos viviendo en nuestro momento presente. • ¿Qué conflicto emocional estoy viviendo? Un conflicto parecido a lo siguiente: . No puedo digerir, asimilar, tanto dolor. . No trago a esta persona, no digiero a esta persona, no la asimilo (no la soporto). . No es fácil ser hijo o hija de mi padre, es una tortura. . No puedo lograr que me ame, que se quede conmigo, que me embarace. . Mi padre no es un buen hombre. . Este amor me está matando, sé que no me conviene, pero no puedo vivir sin él o ella. . Mi marido no es un buen padre para mis hijos. . No puedo más con mi suegro. . Mi padre piensa que no soy su hijo. . Este hijo, no es mío, yo no soy su padre. . Mi marido tiene hijos por otro lado. • En resumen ¿Qué debemos tener en cuenta? • La unión familiar. Las personas celiacas viven una gran dificultad en torno a la unión o “aglutinación” familiar (real o simbólica) • Intolerancia, rechazo. Asociado a la unión familiar (real o simbólica), hay una sensación de intolerancia, rechazo profundo, rabia y/o rencor. • Dificultad para asimilar o absorber. Muchas personas tienen una gran dificultad al tener que asimilar algo que les es insoportable emocionalmente. • Dificultad por sentirse integrado o no en el grupo familiar (real o simbolico) No es lo que está sucediendo sino lo que yo siento de lo que me está sucediendo y esa integración puede ser en la pareja, en el seno de la familia, en el grupo de amigos, en el trabajo, etc. • Dificultad en discernir, elegir. Algunas personas tienen también la experiencia de necesitar con urgencia discernir, poder elegir lo bueno y separarlo de lo malo. Poder saber cuál es el mejor camino, la mejor relación. • Saber desde cuándo. Para poder empezar a indagar en la historia que estaba viviendo en ese momento. • Indagar en nuestro árbol genealógico y en nuestro proyecto de sentido. Donde podemos encontrar tal vez algún inicio. En menores de 14 años diagnosticados con celiaquía, tendremos que buscar la emoción y las historias de los padres.
Por Irene Benitez Mir 03 mar, 2022
Me gustaría poder hablarte de la ansiedad desde una nueva mirada. La ansiedad es desagradable o molesta, pero no es dañina o peligrosa como muchas veces la sentimos. Nuestro sistema emocional utiliza la ansiedad para evitar situaciones amenazantes (peligros) o situaciones que nos generan una enorme incomodidad. Procesamos la información amenazante que nos llega y ponemos en marcha todos nuestros mecanismos de defensa. A veces confundimos LA ANSIEDAD con EL ESTRÉS El ESTRÉS Imagínate que mañana tienes que hacer una presentación de un proyecto de tu trabajo delante de la dirección de tu empresa, es posible que te sientas agitado, inquieto y con una energía extra que hace que te sientas más nervioso de lo habitual. Sin embargo, una vez que has acabado tu presentación, vuelves a la normalidad, a tu estado de calma, tu cuerpo vuelve a la homeostasis. El estrés es una reacción de activación ante un evento externo y se limita a un tiempo determinado. El estrés es «un conjunto de reacciones fisiológicas y psicológicas que experimenta el organismo cuando se lo somete a fuertes demandas. El estrés también podemos sentirlo en otro tipo de situaciones como en una discusión, cuando practicamos un deporte de riesgo, cuando conducimos, etc. Se nos activa el sistema nervioso simpático para que nos adaptemos a la demanda externa. De esta forma, tanto a nivel físico como mental, el organismo se prepara para afrontar el factor estresante. Pero ¿qué ocurre cuando desaparece el estímulo estresante y seguimos activados? La ANSIEDAD Aparece cuando hemos superado la situación que suponía un factor estresante y seguimos activados. Nuestro sistema nervioso parasimpático todavía no ha «desconectado» el simpático. Sentimos que todavía tenemos que defendernos (peligro). Recordemos que el sistema nervioso parasimpático entra en juego en la regulación metabólica cuando el «peligro» ha pasado y rebaja los niveles de activación, por ejemplo, enlenteciendo el ritmo cardíaco. Una vez que dejamos atrás una situación estresante deberíamos volver al estado de calma, pero por alguna razón, mucha gente no lo consigue. En este punto es cuando empiezan los procesos de ansiedad y el factor fundamental es la mente. ¿Cómo interpretamos el entorno? ¿Cómo nos relacionamos con lo que nos rodea? ¿Cómo nos relacionamos con nosotros mismos? Para saber lidiar con ella hay que tener claro cómo funciona la ansiedad. Lo que ocurre, como en todas las emociones, es que aparecen tres componentes que actúan de forma simultánea. “El cognitivo o lo que pensamos, el conductual o lo que hacemos durante la emoción, y el componente psicofisiológico, que aborda los cambios fisiológicos del organismo en el transcurso del episodio”. Estos “síntomas” no aparecen porque tu cuerpo esté enfermo, sino porque a tu cerebro le llegó un mensaje continuo de peligro, de amenaza de vida, de un gran miedo. Al llegar este mensaje, el cuerpo empieza a liberar grandes cantidades de cortisol, adrenalina y noradrenalina, que ponen en marcha la cascada de la respuesta nerviosa simpática que concluye con la respuesta de lucha-huida. ¿Qué sucede cuando se pone en marcha esta respuesta? El cerebro va a mil por hora, la boca se seca, se bloquea el sistema digestivo y el sistema reproductor, mientras que la respiración y el ritmo cardiaco se aceleran y los músculos se tensan para poder sacarte del “supuesto” peligro. Es decir, que tu cuerpo cree que verdaderamente hay un peligro real y solo está respondiendo de manera natural para permitirte sobrevivir. Es por ello, que el quid de la cuestión está en lograr aplacar esos pensamientos y esa emoción de miedo antes de que toda la cascada se desate. ¿Qué es una “crisis de ansiedad”? Una crisis de ansiedad es una respuesta repentina de miedo o malestar intenso, que llega a su pico máximo en minutos (el sistema nervioso simpático se activa) y se manifiesta por cuatro o más de los siguientes síntomas: 1. Palpitaciones o elevación de la frecuencia cardiaca 2. Sudoración abundante 3. Temblores o sacudidas 4. Sensación de ahogo o falta de aliento 5. Sensación de atragantarse 6. Tensión muscular 7. Opresión o malestar en el pecho 8. Nauseas o molestias abdominales 9. Inestabilidad, mareo o desmayo 10. Sensación de irrealidad (desrealización) o de estar separado. 11. Confusión 12. Bloqueos mentales 13. Miedo a perder el control o volverse loco 14. Miedo a morir 15. Sensación de entumecimiento u hormigueo 16. Escalofríos o sofoco 17. Sequedad de boca 18. Problemas para conciliar el sueño 19. Apatía 20. Pensamientos repetitivos. (Dar muchas vueltas) 21. Nos abruma la preocupación. 22. Descontrol en nuestras necesidades biológicas Los síntomas son a su vez una fuente de preocupación de que algo malo va a suceder y se convierten en el propio combustible para que estos síntomas se hagan más grandes, es decir el pez que se muerde la cola, convirtiéndose en verdaderas CRISIS DE PANICO. Sus insufribles síntomas nos dificultan llevar una vida normal y nos alejan de los demás. Generalmente el hecho de sufrir una crisis de ansiedad en alguna situación determinada puede predisponer a desarrollar un temor a esas situaciones. Así́, si he tenido una crisis de ansiedad en un supermercado, es muy fácil desarrollar cierta predisposición a sufrir nuevas crisis en los supermercados. Posteriormente es probable incluso sentir miedo ante la sola idea de ir al supermercado. Para este cerebro la ausencia de ilusión ante la vida, el aburrimiento crónico, sentir que llevamos un camino contrario a nuestros ideales, son motivos suficientes para darnos un toque en forma de enfermedad. Su misión es ayudarnos a evolucionar a adaptarnos. Entender lo que sucede en nuestro cuerpo cuando sentimos un ataque de ansiedad o de pánico ayuda a apaciguar los síntomas. Generalmente el hecho de sufrir una crisis de ansiedad en alguna situación determinada puede predisponer a desarrollar un temor a esas situaciones. Así́, si he tenido una crisis de ansiedad en un supermercado, es muy fácil desarrollar cierta predisposición a sufrir nuevas crisis en los supermercados. Posteriormente es probable incluso sentir miedo ante la sola idea de ir al supermercado. Para este cerebro la ausencia de ilusión ante la vida, el aburrimiento crónico, sentir que llevamos un camino contrario a nuestros ideales, son motivos suficientes para darnos un toque en forma de enfermedad. Su misión es ayudarnos a evolucionar a adaptarnos. Entender lo que sucede en nuestro cuerpo cuando sentimos un ataque de ansiedad o de pánico ayuda a apaciguar los síntomas . FUNCIONAMIENTO DEL CEREBRO HUMANO Como sabemos el cerebro ha estado en constante evolución a lo largo de mas de 250 millones de años y en todo este proceso ha ido adquiriendo nuevas funciones y habilidades cada vez más complejas. El cerebro mas antiguo, al que después se le han añadido el límbico y el neocórtex es el cerebro reptiliano. Los tres pequeños cerebros que forman nuestro cerebro son: • El CORTEX o cerebro racional que gestiona la razón y la lógica. • El Cerebro LIMBICO , que gestiona las emociones y da sentido a las cosas. • El cerebro REPTILIANO , el más interno y pequeño regula las funciones básicas del organismo. Su principal objetivo es la supervivencia, es decir por encima de todo hemos de VIVIR Funciones básicas del organismo: • El flujo sanguíneo. • Los latidos del corazón. • La temperatura del cuerpo, mediante mecanismo como la sudoración. • La digestión. • El equilibrio. • La vista. • La respiración. El más pequeño y antiguo CEREBRO REPTILIANO es el que está detrás de la ansiedad. Actúa de manera inconsciente e instintiva. Sólo entiende dos maneras de actuar frente a un peligro: atacar o huir y en el caso en que no pueda hacer nada de ello nos PARALIZA. Así se pone en marcha el mecanismo de HUIDA/ATAQUE/PARALISIS En el cerebro se dispara la alarma y una glándula suelta adrenalina a la sangre. Como consecuencia, el corazón se acelera. ¿Para qué? Hay que sacar sangre de la zona del intestino y llevarla rápidamente hacia los brazos y las piernas. Esto supone a veces paralizar la digestión y que el corazón se acelere. Hay que retirar sangre de la superficie del cuerpo (piel) para llevarla hacia el interior, hacia los músculos. Esto se consigue estrechando los vasos de la superficie de la piel y ensanchando los de los músculos. La respiración se acelera, aumentando el aporte de oxigeno a la sangre. También conviene enfriar la piel y se ordena a las glándulas sudoríparas que comiencen a sudar. Al mismo tiempo la pupila se dilata, lo que amplia la visión. Todos esos cambios preparan al organismo para correr, saltar, trepar... en definitiva, para huir y ponerse a salvo, a costa de un esfuerzo máximo. El peligro puede ser REAL O IMAGINARIO Este peligro puede ser real (despido de mi trabajo, peleas en mi entorno, etc.) pero también puede ser imaginario (a través de mis pensamientos). Pero que ocurre si no existe ese peligro realmente, sólo que nuestro cerebro reptiliano así lo ha entendido, entonces hacemos saltar igualmente las alarmas y modificamos nuestras funciones vitales para prepararnos para la huida o la defensa. Así que sabiendo que el cerebro reptiliano es independiente del cortex (la razón) podemos entender que a pesar de que pensemos una cosa nuestro cerebro reptiliano actúa de otra. (enfermar o sanar) Tenemos: • Un caballo desbocado que interpreta que tenemos ante nosotros un peligro de muerte. (Cerebro reptiliano) y se pone en marcha generando síntomas que nos desbordan. • Un niño atemorizado cerebro Limbico que interpreta su vida llena de cargas, creencias, bloqueos, carencias, etc. que nos hacen que vayamos más allá de nuestras posibilidades, sintiendo probablemente que no es suficiente merecedor ni valuoso. • Un gran sabio con su cerebro racional (cortex) que continuamente razona y reflexiona sobre lo que está sucediendo y piensa que tiene la mejor solución y además controlada. Como ves en el caso de la ansiedad cada uno actúa por separado como un matrimonio enfadado. Así que lo que debemos hacer es que se hagan AMIGOS. El trabajo para recuperar nuestro equilibrio irá en tres direcciones: 1º. Calmar nuestro cuerpo (todas sus sensaciones molestas) 2º. Cambiar nuestra forma de vida. (Actuar en coherencia con lo que sentimos) 3º. Calmar nuestros pensamientos Nuestro cerebro reptiliano no sólo necesita saber que no está en peligro, sino que NECESITA SENTIRLO Que podemos hacer para apaciguar la ANSIEDAD: • Atender a nuestro cuerpo (los síntomas que tenemos están provocados por nuestro Cerebro reptiliano que percibe que esta en peligro.) • Reconocer cuando y porque acontecen los síntomas. • Descubrir el para que de la ansiedad: que necesito cambiar en mi vida. • Liberarnos de todo lo que no es saludable para nosotros (situaciones, personas, etc.). • Eliminar de nuestra dieta excitantes (café, coca-cola, redbull, etc) • Eliminar pensamientos negativos. • Dejar una vida sedentaria (hacer deporte) • Reconocer nuestros miedos. • Recuperar la calma. Aprende a calmar tu mente y tu cuerpo: Meditación, Mindfullnes • Técnicas de respiración. (Calma tu respiración) • Relativizar (Síntomas físicos y problemas) • Aprende a decir no. • Pasa tiempo contigo y mímate. • Responsabilizarnos de nosotros y de las situaciones. • Sentir que nosotros tenemos el control. Calmar la mente para calmar los síntomas. Eliminar nuestra hipocondría, eliminando la preocupación sin sentido. • Vivir el presente (ni pasado, ni futuro) • No dar importancia al que dirán. • Observar y escucha tu cuerpo, el nos habla. • Recupera el control • Liberarnos de creencias aprendidas que nos limitan y bloquean • Recuperar valores y aptitudes que nos hacían felices. La hiperventilación, un elemento clave en el control de las crisis La hiperventilación, es la causa principal de los mareos, los sofocos y los dolores y pinchazos en el pecho de naturaleza ansiosa. La hiperventilación también puede provocar sensaciones de hormigueo en piernas o brazos y sensaciones de inestabilidad o vértigo. Finalmente, las sensaciones de extrañeza o distancia ante nosotros mismos o respecto de la realidad cotidiana –uno de los síntomas más angustiosos que a veces se asocian a estos cuadros– también encuentran su explicación en la hiperventilación. En los estados de estrés y ansiedad es típico que la respiración se haga rápida, superficial y torácica (con la parte superior del pecho). Definimos la hiperventilación como el aumento en la tasa de respiración por encima de las necesidades de oxigeno del organismo, en un momento dado. Esto provoca un descenso proporcional del anhídrido carbónico en la sangre que, a su vez, genera cambios funcionales en el organismo. La bajada de anhídrido carbónico produce, paradójicamente, una disminución de oxigeno en determinadas zonas del cerebro para favorecer el aumento de la capacidad del organismo para responder ante una amenaza real: los músculos se tensan, el corazón late rápido, la sangre va hacia las extremidades y se refuerza la reacción más primitiva de supervivencia, el miedo. Como efecto colateral tenemos que la hiperventilación genera cansancio general, taquicardia, sensación de mareo e inestabilidad y la sensación de que la realidad o uno mismo resulta extraño o raro, síntomas que son inofensivos pero muy desagradables. Todos estos síntomas asociados a la hiperventilación pueden agruparse del siguiente modo: • Síntomas centrales: Mareo, confusión, sensación de ahogo, visión borrosa y sensación de irrealidad. • Síntomas periféricos: Aumento del numero de latidos del corazón, hormigueos y pinchazos en las extremidades, escalofríos, rigidez muscular, manos frías y húmedas. • Síntomas generales: Sensación de calor, sofoco, sudor, cansancio es necesario reeducar la respiración para lograr el objetivo. El primer paso es comenzar centrando la atención en como respiramos. Al principio no intentes controlar la respiración, ni trates de hacerla más lenta. Es mejor que comiences centrando toda tu atención en cómo respiras durante unos diez minutos, dos veces al día. Concéntrate y cuenta las inspiraciones. Con cada expiración, di mentalmente una palabra que te tranquilice, por ejemplo “tranquilo” o “calmado”. Cosas que podemos hacer para calmar los síntomas: • Poner atención en la respiración. (calmarla) • Calmar los pensamientos. • Vivir el aquí y el ahora. • Hacer actividades físicas. • Tomar Flores de Bach • Esencias florales (Lavanda, menta, etc.) • Mimarnos y cuidarnos (Masajes, yoga, etc.) . Atender con un terapeuta " que es lo que hay detrás de mi ansiedad " (creencias, merecimiento, falta de valoración, etc" La realidad de la ansiedad Idea clave: Cuando sentimos una crisis de ansiedad, nuestra mente está interpretando la realidad de forma errónea y dañina. Sentimos cualquier sensación extraña y automáticamente pensamos que es algo dañino, peligroso o, mortal. Esos pensamientos automáticos se pueden modificar. Una vez hemos entendido como funciona nuestro sistema nervioso podemos entender que nosotros podemos calmar y sostener los síntomas de una manera paciente y amorosa, es decir que la ansiedad no nos controle, sino que nosotros la controlemos a ella. SI HACEMOS LAS MISMAS COSAS SUCEDERAN LAS MISMAS COSAS HAZTE RESPONSABLE DE TU VIDA. NO BUSQUES LA SOLUCION FUERA, LA SOLUCION ESTA DENTRO DE TI La ansiedad llega a nuestra vida para que hagamos un cambio, ya que existe una total incoherencia entre lo que sentimos, lo que pensamos y lo que hacemos. Me gustaría que te respondieras a estas preguntas: • ¿Para que crees que llega a ti la ansiedad? • ¿Qué es lo que estas haciendo y no quieres hacer? ¿Qué es lo que debes cambiar? • ¿Qué situación estas viviendo y no quieres vivir? Relacionada con tu pareja, familia, trabajo, amigos, etc. • ¿Cuáles son tus miedos? • ¿Por qué o quien te sientes amenazado/a? • ¿Cuáles son las creencias que te obligan a ver la vida como la miras?
Por Irene Benitez Mir 10 nov, 2021
Primero hay que soñar luego trabajar para conseguir nuestros sueños
Por Irene Benitez Mir 10 nov, 2021
El dolor ostearticular es la primera causa por la que solemos visitar al médico, hay muchas patologías que causan dolores de diferente intensidad como: tendinitis, contracturas musculares, artritis, artrosis, lumbalgias, epicondilitis, síndrome del túnel carpiano, bursitis, dolores discales, dolores óseos, neuralgias, dolor ciático, etc. Cuando los síntomas de una contractura, tendinitis, lumbalgia, etc. no disminuyen con el tiempo y no son la causa de un dolor de tipo traumático, provocado por un golpe, accidente o sobreesfuerzo, podríamos pensar que en su origen pueden haber factores psicosomáticos. Así que habrá que ahondar en la historia del cliente para saber cual es la causa emocional que le está provocando un gran estrés, es decir que es lo que le está preocupando o angustiando con una gran mezcla de sentimientos de ira, impotencia, incapacidad y desvalorización. Dicha inestabilidad emocional puede llegar a causa de un choque emocional individual, impactante, inesperado y para el que el cliente, en ese momento, no tiene solución. Otra manera de desencadenar la patología puede ser una preocupación constante provocada por diferentes situaciones personales que sobrepasen los límites de tolerancia propios, desencadenando el bloqueo energético de una zona específica del cuerpo y a causa de ello se manifiesta el dolor. También puede ocurrir una repetición continuada de pequeñas situaciones conflictivas del mismo tipo, con una mínima carga emocional, pero que con el paso de los años puede generar en una afectación crónica, o bien que una patología aguda tienda a cronificarse. Podemos decir que el dolor físico es directamente proporcional al dolor emocional.
Por Irene Benitez Mir 06 ago, 2021
¿Cómo es nuestra relación con la comida? ¿Cuando acudes a ella lo haces desde una forma consciente?
Por Irene Benitez Mir 06 ago, 2021
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Por Irene Benitez Mir 10 jun, 2021
Os quiero hablar de nuestras mamas desde una mirada amorosa, sabiendo que hicieron lo mejor que sabían hacer en este difícil trabajo de traernos a la vida, a pesar de que hoy tenemos muchos conflictos que bloquean nuestras vidas y nos persiguen. Ellas nos protegieron y enseñaron el mundo desde sus propias enseñanzas que también llevaban incorporados sus patrones adquiridos. Por ello a pesar de ser adultos aún llevamos dentro de nosotros al niño que tal vez sufrió o sintió miedos e inseguridades y no fue atendido en la medida que lo necesitaba y seguimos esperando a que mama nos abrace fuertemente para sentirnos acompañados y protegidos pero desgraciadamente muchas veces nuestras mamas o no están o todavía continúan viviendo como aprendieron ellas para poder sobrevivir y no están disponibles para nosotros y a pesar de todo ello, nosotros continuamos esperándolas porque nos hemos quedado congelados en aquella edad infantil donde necesitábamos que nos acompañara con amor, protección y cuidado. Aprendemos a mirar el mundo con los ojos de mama y ese mundo se nos convierte a veces en un lugar difícil de transitar. Sin darnos cuenta nos olvidamos de nosotros y vivimos pendiente de lo que mama quiere y necesita para obtener lo único que deseamos que es su amor y esta búsqueda constante va dejando una huella importante en nuestras vidas y vamos sintiendo: • Rabia y explosiones de ira • Baja autoestima. No nos queremos, no nos aceptamos, no nos valoramos. • Sentimos miedo al abandono y ello a veces nos hace aguantar relaciones insatisfactorias por unas migajas de cariño (pareja, amigos, compañeros de trabajo, etc.) • Inseguridad, necesidad de aprobación. • Problemas de ansiedad y estrés debido al ambiente cambiante y poco seguro. • Una gran auto exigencia y necesidad constante de ser perfectos. • Problemas afectivos, inestabilidad emocional • Necesidad de cuidar de todos los que nos rodean como forma de sentirnos validas para poder recibir amor. • Sentimiento de soledad y de no merecer amor. • Y un largo, etc. Hoy quiero hablarte de El apego La forma en la que construimos los lazos afectivos (apego) con las personas que nos cuidaron, protegieron y nos enseñaron a entender y interactuar con el mundo exterior (normalmente papa y mama), tiene un gran impacto en nosotros. Un bebé no es capaz de sobrevivir por sí mismo fuera del vientre materno ya que es un ser débil que necesita que se le proporcionen cuidados básicos como alimento, protección y contacto físico permanente, como veis nacemos totalmente inmaduros lo que nos convierte en seres dependientes de nuestras figuras de apego y sólo dejaremos atrás esa dependencia si nuestros padres son capaces de cubrir nuestras necesidades, sino siempre estaremos atados a ellos de una forma consciente o inconsciente. Es importante tener presente que las necesidades afectivas y emocionales de los niños, son tan importantes como las fisiológicas y que necesitamos sentirnos seguros y protegidos para poder regular nuestros estados internos. Algunas de las dificultades que sentimos en nuestra edad adulta tienen su origen en la forma en la que se construyó este vinculo. ¿Cómo se establece el apego? Desde el nacimiento, el bebé observa y siente a través de su figura principal de apego que por lo general suele ser la madre. Por tanto es ella la encargada de proporcionar seguridad al niño en situaciones de amenaza. Aprendemos a ver el mundo a través de los ojos y las emociones de mama. Los 4 tipos de apego 1. Apego seguro El niño sabe que su cuidador no va a fallarle. Se siente querido, aceptado y valorado. Las personas que han tenido un apego seguro en la infancia tienden a tener relaciones de confianza, a tener una gran autoestima, disfrutan de las relaciones íntimas, la búsqueda de apoyo social y la capacidad de compartir sentimientos con otras personas. 2. Apego ansioso y ambivalente Suelen ser niños que crecen con figuras de apego más pendientes de sus propias necesidades que de las necesidades del niño. Estos niños crean respuestas de protesta muy fuertes, puesto que el adulto responde de manera variable. El niño no confía en sus cuidadores y tiene una sensación constante de inseguridad. Es por ello por lo que los pequeños con apego ansioso-ambivalente necesitan la aprobación de los cuidadores y vigilan de manera permanente que no les abandonen. Como adultos, aquellos con un estilo de apego ambivalente a menudo se sienten reacios a acercarse a los demás, porque sienten la relación como fría y distante. De adultos suelen tener una gran dependencia emocional. 3. Apego evitativo Estos niños han asumido que no pueden contar con sus cuidadores, lo cual les provoca sufrimiento. Aprenden a vivir sintiéndose poco queridos y valorados, muchas veces no expresan ni entienden las emociones de los demás y evitan las relaciones de intimidad. Un ejemplo sería el niño que llora desconsoladamente y no obtiene respuesta ninguna de su cuidador. El niño se acaba calmando por agotamiento, pero aprende que no puede fiarse ni depender de nadie, también se desarrollaría cuando crecemos en un ambiente muy peligroso, donde las probabilidades de sobrevivir son difíciles. De adultos no crean lazos estrechos puesto que sienten que pueden perderlos. 4. Apego desorganizado Este tipo es una mezcla entre el apego ansioso y el evitativo en que el niño presenta comportamientos contradictorios e inadecuados. Tienen tendencia a las conductas explosivas y presenta dificultades para entenderse con sus cuidadores. El resultado de esta confusión se debe a que el niño se siente al mismo tiempo consolado y asustado por sus padres. Los adultos suelen ser personas con alta carga de frustración e ira, no se sienten queridas y parece que rechacen las relaciones, si bien en el fondo son su mayor anhelo. De este modo, haber tenido un apego ansioso cataloga a esa persona como insegura de por vida. Una vez establecidos los vínculos, salvo otro aprendizaje intentaremos reproducir este patrón aprendido que para nosotros será muy poderoso, lo que no significa que estemos determinados o condenados por él o que no podamos aprender otro Y como son estas mamas: Madre dominante, controladora y manipuladora Se caracteriza por querer saber y controlar todo lo relacionado con sus hijos. Ese control a veces es a tal alto nivel que no les dejan tomar sus propias decisiones ni elegir qué es lo que quieren o deben hacer con sus vidas, muchas veces de una manera imperceptible. Normalmente, los hijos/as de madres controladoras se sienten inseguros e indefensos ante las situaciones en las que su madre no decide por ellos, ya que ellos no están acostumbrados a tomar decisiones importantes. Una madre controladora genera siempre un apego inseguro. Un vínculo donde el niño no ha sido validado emocionalmente, por ello su habilidad para manejar las emociones suele ser nula o muy deficiente. Y una consecuencia evidente es la clara dificultad para establecer una intimidad y una conexión emocional auténtica con alguna pareja afectiva. Madre perfeccionista y exigente Es la que tiene en cuenta las virtudes y capacidades de sus hijos, pero como resulta ser perfeccionista y exigente, tiende a querer más perfección y excelencia en sus hijos. La madre perfeccionista y exigente no se suele basar en el proceso (como esfuerzo y constancia) por el que pasa su hijo para llegar a sus logros, sino que únicamente se fija en los resultados obtenidos. Los hijos cuyos padres son exigentes pueden ser perfeccionistas y inseguros. Todo esto se traducirá en inseguridad, dependencia, baja autoestima y predisposición a la ansiedad cuando sea adulto. Madre sobreprotectora Es aquella que se preocupa en exceso por sus hijos, tiene miedo de que les pueda pasar algo malo y por lo tanto tiende a no dejar espacio propio para sus hijos. Suele anticiparse a los problemas, queriendo solucionar todo aquello que pueda causar algún tipo de dolor o consecuencia negativa hacia sus hijos. La sobreprotección se vuelve dañina porque no deja que los niños se desarrollen emocionalmente y les priva de poder alcanzar la madurez suficiente para ser personas independientes y autónomas. Madre despectiva Es la que no valora las capacidades ni logros de sus hijos, acostumbra a despreciarlos, ya que tienen un claro sentimiento de superioridad. Hacen uso de una actitud de prepotencia muy marcada, se valen del sarcasmo, de la sonrisa que es amable pero que no duda en señalar nuestros fallos. Madre ausente Es aquella que no está disponible, emocionalmente hablando, para sus hijos. Ya sea porque se encuentra en casa, o en algunos casos por un exceso de trabajo fuera de casa. De hecho, el primer terror que conocemos es el miedo a perderla, a tener esa madre ausente que no nos socorra cuando la necesitemos. Si eso sucede, no habrá nada en el mundo que lo compense. Hay personas que llegan a la vida adulta sintiéndose aterradas en todas aquellas situaciones en las que tienen que estar solas. Y por todo ello hoy tal vez somos personas inseguras, con miedos, heridas emocionales abiertas, sin defensas, dependientes,
Por Irene Benitez Mir 22 may, 2021
La incertidumbre es la falta de seguridad, de confianza o de certeza sobre algo, especialmente cuando esto que nos ocurre nos crea inquietud. Es la necesidad de saber que va a pasar a continuación de forma que nos podamos anticipar, lo podamos controlar y no nos pille desprevenidos, porque el controlar nos calma. Hay personas que toleran la incertidumbre mejor que otras. La vida es una permanente exposición a lo inesperado. Por mucho que se quiera mantener el control, hay acontecimientos que tienen lugar de forma abrupta y que obligan a cada uno a replantearse la vida. Donde muchos ven un problema paralizante, otros encuentran una oportunidad para evolucionar Tememos a la incertidumbre porque lo previsible es más seguro, nos aporta calma. Ante el temor a lo incierto, lo desconocido nuestro cuerpo se prepara para una respuesta de lucha o huida para protegernos ante la amenaza que percibe, produciéndose cambios a nivel físico, emocional y conductual. Así que como resultado ante una situación ambigua, donde se crea una gran inquietud, es muy fácil quedarnos paralizados. El ser humano se aferra de forma natural al mundo conocido, a lo previsible. Desconocer lo que sucederá equivale a salir de nuestro hogar para adentrarnos en un mundo incierto sin saber qué nos deparará. Me gustaría que reflexionarais sobre este texto: La parábola del Granjero (un cuento chino) Un día, al hijo de un anciano granjero se le escapó el único caballo que tenían. Cuando los vecinos se enteraron, acudieron a su casa para solidarizarse y le dijeron: «Oye, qué desgracia, qué mala suerte», a lo que el anciano contestó sin inmutarse: «Puede ser». Al día siguiente, el caballo volvió al establo y trajo consigo siete caballos salvajes que le siguieron desde la montaña. Esto convertía ahora al anciano en el hombre más rico del pueblo. Todos los vecinos lo visitaron y le dijeron: «Oye, ¡qué buena suerte!». A lo que el anciano respondió: «Puede ser». Al día siguiente, el hijo del anciano, que era el que le ayudaba con todas sus actividades, se cayó y se rompió una pierna mientras intentaba domar a uno de estos caballos salvajes. Esta situación podía ser un obstáculo, pues se acercaba el invierno y sin el hijo, el anciano tendría grandes problemas. Los vecinos fueron a ver al anciano de nuevo y le dijeron: «Qué desgracia, qué mala suerte. Ahora tienes los caballos pero no tienes la ayuda de tu hijo. Es algo terrible«. Y el granjero anciano les dijo: «Tal vez». Al día siguiente, llegó el ejército al pueblo para reclutar a todos los jóvenes para una guerra prácticamente suicida, pero al hijo del anciano no lo reclutaron porque tenía una pierna rota, así que se quedó a salvo en casa. Todos los vecinos volvieron a ver al anciano y le dijeron: «Oye, ¡qué bien, qué buena suerte! A mi hijo lo han reclutado y al tuyo no.» Y el anciano les contestó de nuevo: «Tal vez». Reflexiones: • No se puede saber el alcance de lo que sucede a nuestro alrededor en todo momento. • Hay que contemplar el presente sin aventurarse a sufrir el futuro antes de que se produzca. • De nada sirve compadecerse de la mala fortuna, ni alegrarse en demasía de la buena, pues ambas son pasajeras. Vienen y van. Vivimos en una constante incertidumbre, por ello, no des nunca por sentada una condición o estado de las cosas en tu vida. • Ni todo es tan bueno ni todo es tan malo, en ocasiones, lo que consideramos que es lo peor que nos ha podido ocurrir termina por convertirse en algo positivo. • No pierdas el tiempo juzgando tu vida, simplemente vívela. • Disfruta de la vida a pesar de las circunstancias.
Por Irene Benitez Mir 30 mar, 2021
Puedes descargarte el Power Point para ver toda la presentación.
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